lunes, noviembre 06, 2017

El 47% de los empleos está en "alto riesgo" de ser automatizado



Paren máquinas: "Los robots nos quitarán la mitad de los trabajos". El S.O.S. lo lanza el director económico del Banco de Inglaterra, Andy Haldane. Y viene a decir lo mismo que ya advirtieron Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, de la Universidad de Oxford: "La fusión de la robótica, las tecnologías de la información y la inteligencia artificial van a tener un impacto devastador en el mercado laboral".
Y esto no lo escribe Wordsmith, el programa de roboperiodismo creado por Automated Insights y que ya utilizan algunos medios. Esto lo escribe de momento un periodista de carne y hueso, temeroso (como tantos otros) de que su profesión pueda morir fulminada por el rayo de la automatización.
Pues la avalancha está encima y esto no hay quien lo pare, como bien nos advertía Martin Ford en El ascenso de los robots: la tecnología y la amenaza de un futuro sin empleos, "Los robots no están ya sólo en las fábricas, amenazando a los trabajadores en las cadenas de montaje. La gente que está ahora amenazada es cualquiera que esté sentada en un despacho y haciendo un trabajo que requiera la manipulación de información, especialmente si es una manera rutinaria".
¿Quién nos iba a decir hace apenas diez años que los coches sin conductor (por gentileza de Google y Uber) marcarán el camino en nuestras ciudades? ¿Quién podía pronosticar que una profesión de altos vuelos como la de piloto se iba a ver amenazada por el "ataque" de los drones? ¿Quién iba a pensar que una generación de secretarias "virtuales" como Amelia, de Ipsoft, acabarían finalmente ocupando los asientos vacíos? ¿O que robots como GiraffPlus (popularmente conocido como La Sueca) iban a relevar a los asistentes sociales en la ardua tarea de cuidar de los mayores?
El futuro nunca estuvo tan cerca. Y ante la amenaza inminente, es fácil caer en la visión apocalíptica de Martin Ford, que asegura que los primeros efectos invisibles de la automatización ya están con nosotros: la desigualdad económica y la precariedad del empleo. Ford anticipa que el creciente malestar social por la "desaparición" de los trabajos sólo va a poder afrontarse con medidas radicalescomo la Renta Básica: una paga mensual para todos, por el mero hecho de ser ciudadanos y para que tengamos un mínimo colchón económico, en una época de incertidumbre constantes.
Aunque existe también una posición "integrada" ante lo que está pasando. "El futuro del trabajo no va a ser tan funesto como algunos presagian", advierte J.P. Gownder, al frente del equipo que ha colaborado en el Informe Forrester 2025: trabajando junto a los robots.
"En realidad, la automatización hará que surjan y que crezcan nuevas categorías de empleo", asegura Gownder. "El mayor efecto va a ser la transformación del trabajo. Las empresas han de ir negociando ya una nueva relación entre humanos y robots, en la que los dos trabajen juntos, en vez de convertirse en meros sustitutos del otro".
Al fin y al cabo, la "revolución de la información" está surtiendo el mismo efecto que la "revolución industrial" a finales del siglo XIX, insisten los "integrados". En aquel momento, el 70% de la población trabajaba en la agricultura. Tan sólo el 1% de los empleos que existían hace algo más de un siglo han pervivido tal cual. De la fricción entre el hombre y la máquina brotarán nuevos oficios que ni siquiera existen ahora. Si nuestros hijos dudan lo que harán 
Nesta, el gran catalizador de la innovación en el Reino Unido, artífice del FutureFest, intentó adelantarse al "shock" del futuro con su Proyecto Creatividad vs Robots, como prolongación del inquietante primer estudio sobre el impacto de la robótica en la economía y en la sociedad:Nuestro trabajo ya está hecho. La clara apuesta en un futuro cada vez más automatizado se llama "economía creativa".
"Los trabajos creativos son aquellos que requieren el uso de habilidades cognitivas para producir bienes o servicios que no pueden ser anticipadas plenamente", explica Hasan Bakhshi, director de Economía Creativa de Nesta, que estima que existe el potencial para crear hasta un millón de nuevos empleos en esta categoría en los próximos 15 años en el Reino Unido.
"Hasta el 24% de los trabajos en nuestro país pueden ser considerados creativos, y el 87% están en bajo o nulo riesgo de automatización, frente al 40% de los empleos en general", sostiene Bakhshi. "Estamos hablando de empleos como artistas, músicos, diseñadores, programadores, arquitectos, relaciones públicas... El papel de estos profesionales es esencial no solo en las industrias estrictamente creativassino en casi todos los sectores de la economía".
Ante el reto de la automatizacón, Nesta aconseja profundos cambios en la educación (para hacerla más multidisciplinar) y en la planificación (creación de clusters de innovación en las ciudades). En su informe sobre el futuro del empleo en la Unión Europea, España figura con un total de 840.000 empleos creativos(bajo riesgo de automatización) de una fuerza estimada en 18 millones de trabajadores.
La otra cara de la moneda, reconoce Bakhshi, es la naturaleza abierta -y por extensión más precaria- que acompaña normalmente al trabajo creativo. "Las grandes compañías pueden diversificar riesgos y ofrecer carreras tradicionales a este tipo de trabajadores, pero gran parte de la actividad se está yendo hacia las pequeñas empresas o hacia el mundo freelance. Los empleos precarios pueden ser "eficientes" para las economías, pero también dolorosos para los trabajadores, y hay mucha situaciones que requerirán la intervención de los gobiernos en el área de la seguridad social".
La disrupción tecnológica irrumpirá en cualquier caso en los trabajos administrativos, la contabilidad, la atención directa al público, el transporte, la construcción y la extracción, la banca, los gobiernos locales, las tiendas, los cafés y restaurantes.
Hasta aquí la advertencia formulada por Michael Osborne y Carl Frey, de la Universidad de Oxford, que hicieron un repaso a más de 700 trabajos actuales y emitieron un veredicto implacable: el 47% de los empleos pueden considerarse de alto riesgo de ser automatizados en los próximos 10 o 20 años.
La buena noticia es que los trabajos que requieren creatividad, inteligencia social y un alto nivel de complejidad o destreza no corren gran peligro", advierte el ingeniero y matemático Michael Osborne. "En algunas profesiones, la automatización forzará grandes cambios, pero no tiene por qué suponer la destrucción masiva de empleos".
"La gran pregunta es: ¿Hasta dónde llegarán las máquinas?", advierte finalmente Andy Haldane, desde la atalaya del Banco de Inglaterra. "Hay una gran posibilidad de que el espacio reservado a las habilidades humanas siga encogiéndose aún más. Si esta visión fructifica, por futurista que pueda parecer, existirá el riesgo de un desempleo o un subempleo masivo, y un ensanchamiento de la "brecha" de salarios, entre los que ocupan posiciones altamente especializadas y el resto de la población"
en http://www.elmundo.es/economia/2016/01/20/5697d766268e3e76078b46d4.html 

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