Cinco puntos claves para arrancar una conversación sobre la violencia policial, la polarización y el descontento social
Expertos de la Silla Llena se reunieron para reflexionar sobre la alta tensión social que se está viviendo en varias ciudades del país por cuenta de los enfrentamientos violentos entre policías y ciudadanos.
La Silla Llena convocó el lunes pasado a varios expertos de la Red Social y de la Red de la Paz para conversar sobre los hechos de violencia que hemos visto en los últimos días, desencadenados por la muerte de Javier Ordóñez a manos de policías en Bogotá. Esta conversación se centró en dos preguntas: ¿qué está pasando? Y ¿qué debemos hacer para desescalar la violencia?
El propósito de este ejercicio es alimentar la discusión pública con las opiniones y propuestas de expertos que conocen de estos temas. Invitamos a Verónica Hinestroza, especialista en Derecho Internacional de los Derechos Humanos; a Sergio Guarín, director de Reconciliación Colombia; a María Cecilia Dedios, psicóloga social y profesora en la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes; a José Obdulio Espejo, periodista y coronel retirado del ejército; y a Juan Carlos Garzón, director del área Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz en la Fundación Ideas para la Paz.
La conversación se rigió por la regla de no atribución, pues partimos del principio de que es más importante lo que se dijo que quién lo dijo. Estas son algunas de las conclusiones.
1. Los policías no están bien entrenados para manejar protestas
Hay un problema de fondo: la policía colombiana no está preparada para manejar protestas o manifestaciones ciudadanas.
Debemos revisar el tipo de entrenamiento que están recibiendo los policías, pues algo está fallando desde que hay uniformados que claramente están haciendo un uso desmedido de la fuerza contra los ciudadanos que deberían proteger.
2. Estamos en mora de una reforma en la policía, aunque no es el momento
También es claro que Colombia está muy atrasada en materia de innovación policial: la última reforma importante en esta institución se hizo hace cerca de 30 años. Si bien esto no quiere decir que la policía no haya intentado hacer mejoras institucionales internas, sí está pendiente un proceso de renovación transparente que involucre a la ciudadanía. Sin embargo, los expertos coincidieron en que actualmente no hay ambiente político para hacer las reformas necesarias.
3. La Conversación Nacional no resolvió el descontento ciudadano
Tenemos una discusión pendiente en el país por lo menos desde noviembre del año pasado, y son muchas las exigencias y los descontentos que se han expresado desde diversos sectores de la sociedad. Este malestar no se logró tramitar: el gobierno nacional planteó una serie de conversaciones que no llegaron a ningún resultado real, y las manifestaciones se apagaron con el fin de año y con la llegada de la pandemia. Lo que hoy estamos viendo es, en buena medida, producto de esta conversación pendiente
.
4. Hay que reconocer la existencia del crimen organizado en Bogotá
Algunos expertos anotaron que ha habido un aprovechamiento de esta movilización social por parte de actores armados y bandas criminales. “Bogotá tiene que afrontar de manera mucho más seria la realidad de que tiene un crimen organizado y unos grupos armados que están dispuestos a hacer cosas como las que están pasando”, anotó uno de los participantes. La oleada de violencia no se va a poder superar a menos de que este hecho se reconozca de frente.
5. El nuevo mantra: desescalar, desescalar, desescalar
Lo más preocupante de la situación actual, como lo advirtió uno de los expertos, es que pareciera que la sociedad en su conjunto aún no está de acuerdo en el principio más básico: la violencia, de lado y lado, debe parar. Punto. La pregunta es: ¿cómo lo logramos?
La ciudadanía debe hacer oír sus propuestas
El debate en la opinión pública se está diluyendo entre quienes están a favor de un gobernante o del otro, de un sector político o del otro. “Hay que despolitizar la conversación”, señaló uno de los expertos, pues es muy probable que haya voces ciudadanas con propuestas valiosas que merecen ser escuchadas pero que, por la polarización tan fuerte en la que estamos sumergidos, estamos ignorando.
Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en este asunto, pues las cámaras han estado dirigidas exclusivamente hacia los gobernantes y los funcionarios de la policía: las voces ciudadanas han sido casi invisibles en el cubrimiento mediático, y esto solo ha empeorado la situación. Aún más cuando estamos inmersos en un ambiente en el que “cada agenda política está usando el sufrimiento de estos hechos para ganar votos”.
Debe suceder lo que nadie espera que suceda
Tanto los gobernantes como los ciudadanos deben actuar de manera inesperada, es decir, deben romper con las predicciones a las que están sometidos por pertenecer a cierto partido o cierta institución. Solo así se van a construir los puentes entre los distintos sectores de la sociedad que hoy se encuentran enfrentados.
Es esperable que la ciudadanía rechace a los policías, pero sería inesperado un movimiento que rodee y proteja a los policías, por ejemplo. Es esperable que los gobernantes de orillas políticas contrarias se achaquen mutuamente la responsabilidad de lo que está ocurriendo; lo inesperable, y deseable, sería verlos sentados juntos, trabajando coordinadamente para desescalar la violencia.
De momento, la única certeza que tenemos es que la manera en que tramitemos esta crisis social sentará las bases para el futuro de la seguridad en las ciudades.
La relatoría de esta conversación estuvo a cargo de Francisco Giraldo y Santiago Chavarriaga, de La Silla Llena.
de: https://lasillavacia.com/silla-llena/red-social/cinco-puntos-claves-arrancar-conversacion-sobre-la-violencia-policial-la
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