domingo, diciembre 25, 2016

#Elecciones y #PostVerdad (léase MENTIRA) #TecnoPolitica

¿Puede una noticia falsa viralizada en internet cambiar el rumbo de un país?

El triunfo de Donald Trump puso en la picota a las redes sociales. Facebook está en la mira por su capacidad de difundir peligrosamente noticias que no son verdad.
en http://www.semana.com/mundo/articulo/facebook-y-el-poder-de-la-tecnopolitica/510353 
 'The New York Times' atribuyó la victoria de Donald Trump a las noticias falsas que circularon durante las elecciones. El CEO deFacebook, Mark Zuckerberg, dijo que tomaría medidas contra las noticias falsas. Foto: ap/david goldman ap/esteban felix
Angela Merkel no quiere correr la suerte de Hillary Clinton, quien perdió la Casa Blanca, según cree, por culpa de Facebook. El año próximo habrá elecciones y el partido de la canciller, la UCD (Unión Cristiano Demócrata), exigió a Facebook garantizar controles sobre las noticias falsas y los mensajes de odio. Apuntaba en concreto al auge en la red social del partido de derecha Alternativa para Alemania, que difunde mensajes xenófobos y promueve la intolerancia desde las plataformas digitales. Tres días después, la Comisión Europea cuestionó en un duro reporte la ineficacia de las compañías tecnológicas norteamericanas en su meta de eliminar en 24 horas cualquier contenido de este tipo, un compromiso que Facebook, Twitter, Google y Microsoft asumieron hace poco. El fantasma de las noticias falsas que ayudaron a Donald Trump aterroriza a los políticos europeos.
Pero ¿decir mentiras en las redes sociales puede torcer los resultados de una elección? The New York Times cree que sí. Fue el primer medio en acusar a Facebook de la derrota demócrata, por permitir noticias falsas que habrían afectado muchas decisiones. La verdad es que la campaña de Trump usó Facebook y Twitter en todas las formas: las legales y las ilegales. Autorizados o no por la campaña, activistas digitales dedicados al negocio de las noticias falsas difundieron informaciones que hacen parecer un juego de niños lo confesado por Juan Carlos Vélez Uribe sobre la estrategia de mentiras del Centro Democrático en Colombia. Sin ruborizarse, dijeron que Hillary le vendió armas a Isis, que el agente del FBI que filtró los correos de Hillary fue asesinado, que Barack Obama es un activista musulmán y que el papa Francisco apoyaba a Donald Trump. Miles de noticias falsas fueron compartidas en los muros de los 156 millones de usuarios norteamericanos y se posicionaron como tendencia en su sistema de noticias.
Mark Zuckerberg, CEO de la compañía, quiso desestimar la acusación, indicando que las noticias falsas son apenas el 1 por ciento del total de información que circula en su red y le pareció “una locura” imaginar siquiera que Facebook pudiera afectar los resultados electorales. Pero un grupo de empleados suyos lo obligó a modificar su postura al revelar que emprenderán acciones internas para enfrentar el problema de las noticias falsas. Presionado por la denuncia, Facebook anunció que tomaría medidas contra las noticias falsas y comenzó con una muy seria: no hay más publicidad para sitios web que promuevan informaciones de este tipo, no tendrán página oficial en Facebook ni se beneficiarán del programa de publicidad compartida, justamente para lo que nacieron.
La acusación contra Facebook se basa en que al menos dos terceras partes de los 156 millones de usuarios estadounidenses obtienen principalmente de allí sus noticias. Incluso, más de la mitad ya no lee los diarios. Además, los usuarios ven un contenido condicionado por sus amigos y lo que estos comparten. Como estos suelen ser del mismo perfil ideológico, el usuario recibe solo textos que refuerzan sus creencias. Los críticos han descrito esto como una burbuja que impide recibir alternativas. Pero, cuidado, ¿no ocurría algo parecido antes? Las personas se suscribían a los diarios y revistas más próximos a su ideario. Al menos eso argumentan los defensores de Facebook.
El lío del algoritmo
Es cierto que la red social podría gestionar la información de otra manera. La esencia del problema radica en el algoritmo aplicado. Facebook fue de los pioneros en implementar uno orientado a posicionar primero los temas que el usuario ha buscado recientemente. Otras plataformas adoptaron esa política, como Instagram, en donde las fotos ya no salen en secuencia cronológica, pues aparecen primero las que el algoritmo identificó como de mayor interés para el usuario.
Esto deja en manos del algoritmo lo que las redes sociales ponen ante las personas. Si alguien, por ejemplo, pasa un par de minutos leyendo sobre automóviles, el software asumirá que desea comprarse uno, y lo atormentará con anuncios del último modelo.
Tal como lo definió la revista Wired, la inteligencia artificial es más artificial que inteligente. Entonces, ¿podrían los humanos manejar mejor este problema que el algoritmo? De hecho, hasta mediados del año varios periodistas se encargaban en Facebook de filtrar la sección Trending News, que la red posiciona según su popularidad. Hasta que un exempleado resentido denunció un sesgo a la izquierda y los acusó de desestimar la información sobre Trump. Los directivos de Facebook, preocupados por la enemistad del millonario, despidieron a los periodistas y encargaron al algoritmo la tarea. Pero este ha demostrado ser muy incompetente. Hace poco catalogó como un desnudo indebido la fotografía de la niña vietnamita que huía de los ataques con napalm en Vietnam. Y censuró la foto.
Pero el gran punto débil del algoritmo es que no puede verificar si una noticia es verdadera. Tan solo la recomienda por su popularidad. De este modo, en menos de un año, Facebook ha sido acusado de sesgo izquierdista cuando utilizó recursos humanos, y de ayudar a Trump cuando decidió dejar todo en manos del software.
La tecnopolítica
Si Facebook y Twitter pueden modificar una elección está por verse. Pero sí polarizan en exceso el debate, como se vio en Colombia en el plebiscito. A su vez, las autoridades europeas están molestas con las redes sociales, por la tolerancia que han mostrado frente a la avalancha de mensajes racistas ante la llegada de refugiados. La Unión Europea forzó un compromiso de Facebook, Twitter, Google y Microsoft de eliminar en 24 horas cada “mensaje de odio”, pero el reporte de la semana pasada indica que solo el 40 por ciento de esos contenidos fueron revisados y solo una cuarta parte salió de las plataformas. Y los políticos amenazan con sanciones. “No puede ser que nos crucemos de brazos cuando la campaña se ve influenciada”, dijo Volker Kauder, el líder de la bancada del CDU. Hasta el papa Francisco está molesto y comparó el gusto de la gente por las noticias falsas con la coprofagia.
Este quedará como el año en el que las redes sociales vencieron a los medios y en el que se posicionó la tecnopolítica. “Se ha transformado la forma como el ciudadano recibe la información y ,en los tres casos de ‘brexit’, plebiscito y elecciones en Estados Unidos, nosotros con las herramientas de Google, y en particular con Google Trends, podíamos conocer las tendencias y cómo sería el resultado final”, asegura Francisco Forero, gerente de Ventas para el sector gobierno de Google Colombia.
Durante las campañas del plebiscito, las búsquedas asociadas al No siempre fueron más abundantes que las del Sí, excepto en un par de ocasiones (una de ellas el día de la firma del acuerdo en Cartagena). “Teníamos certeza de que el No iba a ganar, solo observando lo que ocurría por regiones”, agrega Forero. Google Trends es una herramienta pública y cualquiera puede utilizarla. La compañía explica que los indicadores del buscador son superiores a las encuestas tradicionales porque Google no mide percepciones en muestras pequeñas, sino que monitorea las búsquedas de casi el universo de votantes.
Trump comprendió esto mejor que Hillary, sin duda. De hecho, durante el último mes de campaña realizó en promedio diez conversaciones en vivo en Facebook Live versus una diaria de la candidata demócrata, y tuvo 119 millones de visualizaciones en vivo contra 31 millones de Clinton.
La tecnopolítica ofrece una amplia gama de recursos: desde el legítimo monitoreo de tendencias por Google Trends, apps electorales y big data, hasta la cuestionada implementación de cuentas ‘robotizadas’, que disparan contenidos falsos o verdaderos. Twitter está plagado de ellas.
¿Debe un candidato adecuar su programa según las tendencias en Google? Los politólogos no se ponen de acuerdo, pero aceptan que las tecnologías actuales pueden convertir a los simpatizantes de un partido en activistas sin salir de sus casas. Lo logró Trump este año. “Facebook brinda a la ciudadanía la posibilidad de hablar con sus representantes sin intermediación”, dijo a SEMANA Diego Bassante, gerente de Política y Gobierno de Facebook para América Latina. Durante el plebiscito en Colombia, 8 millones de personas generaron 63 millones de interacciones en Facebook en relación con este tema.
Es claro que la gente pasa hoy menos tiempo leyendo prensa y viendo televisión, y más tiempo navegando en internet. Pero la ola de noticias falsas en las campañas políticas pone un par de puntos en favor de los medios tradicionales. Los editores suelen ofrecer puntos de vista diversos y se esfuerzan en asegurar la veracidad, versus redes sociales en las que circula de todo sin curaduría alguna. Las redes ganan en audiencia, pero pierden en credibilidad.

domingo, diciembre 11, 2016

Plasticidad Cerebral

NEUROCIENCIAS en http://entremujeres.clarin.com/vida-sana/salud/reciclaje-neuronal-cerebro-hace-bricolaje_0_1637836328.html 

Qué es el reciclaje neuronal (o cuando nuestro cerebro hace bricolaje)

Mientras leés estas líneas, tu cerebro va cambiando gracias a una incontable secuencia de eventos físicos y químicos que se producen secretamente. El doctor en física Andrés Rieznik, autor del libro "Atletismo mental", explica cómo y por qué se dan estos cambios.


Algunos módulos cerebrales que evolucionaron por alguna razón particular pueden haber sido luego reciclados por la cultura para su uso en nuevas tareas. El ejemplo clásico es el de la lectura.
A diferencia del habla, la lectura es una invención cultural moderna, de pocos miles de años de antigüedad, en contraste con las centenas de milenios que llevamos sobre el planeta. Los circuitos cerebrales que utilizamos para leer no pueden, entonces, haber evolucionado para ese fin, sino que deben haber sido otros circuitos, como el del lenguaje y el de reconocimiento de formas visuales, los que fueron reciclados por nuestra cultura para la lectura.
Vale la pena una aclaración. El concepto de reciclaje neuronal es similar al de evolución como un proceso de bricolaje. ¿A qué nos referimos? Citemos a François Jacob, premio Nobel francés reconocido por su trabajo en esta área: “La acción de la selección natural ha sido frecuentemente comparada con la de un ingeniero. Esta comparación, sin embargo, no es adecuada. Primero, en contraste con lo que ocurre durante la evolución, el ingeniero trabaja de acuerdo con un plan preconcebido. Segundo, un ingeniero que prepara una nueva estructura no necesariamente trabaja a partir de otras más viejas. La bombilla eléctrica no derivó de las velas, ni el motor de reacción de los motores de combustión interna (…). Finalmente, los objetos así producidos desde cero por un ingeniero, al menos por un buen ingeniero, alcanzan los niveles de perfección posibilitados por la tecnología del momento”.
“En contraste, la evolución no produce innovaciones desde cero. Trabaja con lo que ya existe, transformando un sistema para darle una nueva función y combinándolo con otros para producir uno más complejo. La selección natural no es análoga a ningún aspecto del comportamiento humano. Si uno quisiese realizar alguna comparación, debería decir que el proceso se parece al del bricolaje”.
A diferencia del proceso de reciclaje neuronal, guiado por la cultura, el proceso evolutivo, comparado con el bricolaje, es guiado por la selección natural.
Quiere decir que son dos procesos similares, pero con distintos guías. Así, aunque ambos fenómenos están relacionados con el uso de módulos existentes para nuevas funciones, se diferencian porque en un caso es la cultura la que guía el proceso, mientras que en el otro el diseño es dado por el proceso de selección natural, con sus propios tiempos.
Cableando el universo
Como vimos, el reciclaje neuronal consiste en la integración, a través del aprendizaje, de diferentes módulos mentales. Esta integración se da a nivel físico: mientras aprendemos, nuestro cerebro va modificándose, van creándose nuevas conexiones; quiere decir que se cablea y su estructura se modifica.
Mientras leés estas líneas, tu cerebro va cambiando gracias a una incontable secuencia de eventos físicos y químicos que se producen secretamente. A esta capacidad del cerebro de modificarse a sí mismo la llamamos plasticidad neuronal. Gracias a que el cerebro es plástico, puede formar nuevas uniones entre sus partes. Veámoslo con un ejemplo.

Cerebro y reciclaje
Cuando aprendemos a leer, se crean nuevas conexiones entre las partes especializadas en el reconocimiento de imágenes visuales y las dedicadas al lenguaje. Así, al asociar la forma “A” al sonido correspondiente y a un significado concreto, estamos utilizando una autopista neuronal que se formó gracias a la práctica y el aprendizaje.
La directora de orquesta de este aprendizaje, la que indica quién debe conectarse con quién, es la corteza prefrontal, la parte del cerebro que está detrás de la frente. Cuando un niño con mucho esfuerzo ve la forma “A” y pronuncia ese sonido, es la corteza prefrontal la que comanda esta operación marcándole a cada parte del cerebro si debe activarse (“encenderse”) o no. Y entonces esas partes que se encendieron juntas, por orden de la corteza prefrontal, empiezan a conectarse, a cablearse.
Hay un principio que subyace a todo aprendizaje: las neuronas que se encienden juntas se cablean, se conectan. Así, en un niño que está aprendiendo, la forma “A” activa tanto la región de la corteza visual que la reconoce como aquella del lenguaje, y la sonora, que produce el sonido. Y entonces, de tanto activarse juntas, estas regiones se conectan también físicamente. Al principio, para que la conexión ocurra, debe intervenir la corteza prefrontal diciendo quién debe activarse. Pero después de incontables veces, la forma “A” activará todas las regiones cerebrales necesarias sin que intervenga la corteza prefrontal: es cuando leemos ya sin esfuerzo.
Es así como se produce todo aprendizaje: al principio la corteza prefrontal interviene y nuestra sensación subjetiva, introspectiva, es de mucho esfuerzo mental. Luego, de tanto repetir la tarea, las áreas del cerebro necesarias se encienden juntas en forma automática gracias a que se han conectado físicamente, y la corteza prefrontal ya no necesita intervenir. Es cuando podemos realizar sin esfuerzo la tarea que aprendimos.
Fragmento del libro "Atletismo mental. Técnicas para entrenar el cerebro y mejorar la memoria" (Sudamericana), de Andrés Rieznik.

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viernes, diciembre 09, 2016

#Corrupción usted se puede corromper

La deshonestidad es una parte integral de nuestro mundo social, que influye en los dominios que van desde las finanzas y la política a las relaciones personales. Anecdóticamente, digresiones de un código moral se describen a menudo como una serie de pequeñas brechas que crecen con el tiempo. Aquí proporcionamos evidencia empírica para una progresiva escalada de la deshonestidad egoísta y revelamos un mecanismo neural que lo sustenta. Comportamentalmente, mostramos que la medida en que los participantes se involucran en la deshonestidad que se interesa por sí mismos aumenta con la repetición. Usando la RM funcional, mostramos que la reducción de la señal en la amígdala es sensible a la historia del comportamiento deshonesto, consistente con la adaptación. Críticamente, el grado de reducción de la sensibilidad de la amígdala a la deshonestidad en una decisión actual relativa a la anterior predice la magnitud de la escalada de la deshonestidad de autoservicio en la próxima decisión. Los descubrimientos revelan un mecanismo biológico que apoya una "pendiente resbaladiza": lo que comienza cuando pequeños actos de deshonestidad pueden convertirse en transgresiones más grandes





Así funciona el mecanismo cerebral que explica la corrupción

Un estudio observa que la reacción emocional negativa relacionada con los actos deshonestos se va atenuando con la acumulación de pequeñas trasgresiones




A la derecha, Francisco Correa, cabecilla de la llamada 'trama Gurtel'. ÁLVARO GARCÍA

Los seres humanos, o al menos la mayoría de ellos, cuentan con mecanismos biológicos que dificultan los comportamientos deshonestos. Cuando engañamos, experimentamos distintos tipos de excitación emocional que nos hacen sentir mal. Esas reacciones se pueden medir y son la base de los detectores de mentiras. Algunos investigadores han mostrado incluso que las barreras fisiológicas contra la transgresión se pueden derribar con fármacos. En un experimento con estudiantes de 1964, ya se observó que cuando tomaban un medicamento simpaticolítico, que bloquea las señales asociadas con el comportamiento deshonesto, tenían el doble de probabilidades de engañar durante un examen que los que tomaron placebo.
Un buen número de análisis ha mostrado que la respuesta frente a un estímulo que provoca una emoción se debilita con el tiempo. La repulsión que puede provocar la violencia o la ilusión del enamoramiento pierden intensidad cuando se han experimentado muchas veces. Un grupo de investigadores del University College de Londres ha comprobado que eso sucede también con las sensaciones asociadas a saltarse las normas morales, un fenómeno que podría explicar cómo se puede llegar a cometer actos deshonestos graves a partir de otros que al principio parecen irrelevantes.


La amígdala es la región del cerebro donde se procesan las emociones que dificultan la deshonestidad

En un artículo que se publica en la revista Nature, los autores pusieron a prueba a los participantes de varios experimentos que tenían la oportunidad de engañar para obtener beneficios personales a costa de otros. Los voluntarios, 80 personas de entre 18 y 65 años, debían estimar, junto a un compañero al que no veían, la cantidad de dinero que contenía un recipiente. Se plantearon varias situaciones. En la inicial, los sujetos debían ajustarse al máximo a la cantidad real para que los dos se beneficiasen. En otras fases del juego, pasarse o quedarse corto en la estimación beneficiaría al participante en el experimento a costa de su compañero, beneficiaría al compañero a su costa o solo beneficiaría a uno de los dos sin efecto en la otra parte. Con este juego, observaron que las pequeñas deshonestidades para obtener una ganancia a costa del socio se incrementaban progresivamente.
Además, a parte de los participantes se les midió la actividad cerebral a través de fMRI (imagen por resonancia magnética funcional). De esta manera, observaron que la respuesta de la amígdala, una región del cerebro en la que se procesan las reacciones emocionales, era más intensa la primera vez que los participantes engañaban a sus compañeros. Esa reacción, sin embargo, se iba atenuando en las fases posteriores del juego, y los autores eran capaces de predecir el nivel de deshonestidad de un individuo a partir de la reducción de la actividad en la amígdala en la prueba anterior.
“En conjunto, nuestros resultados revelan un mecanismo biológico detrás de la escalada de deshonestidad”, apuntan los responsables del estudio. “Los resultados muestran los posibles peligros de cometer pequeños actos deshonestos, peligros que se observan con frecuencia en ámbitos que van desde la política, los negocios o las fuerzas de la ley”, continúan. Por último, concluyen que este conocimiento sobre el funcionamiento de esa pendiente resbaladiza de la deshonestidad puede ayudar a mejorar las políticas para evitar la corrupción.

en: http://elpais.com/elpais/2016/10/24/ciencia/1477320874_626628.html
EL ARTÍCULO DE NATURE: en http://www.nature.com/neuro/journal/v19/n12/full/nn.4426.html 

sábado, noviembre 19, 2016

No he logrado lo más grande que he podido. ¿Qué sería eso, señor #Tesla?

Demente o supergenio: una rara entrevista a Nikola Tesla

Por Redacción Nalgas y Libros    6 abril, 2016  en 
http://nalgasylibros.com/la-tremebunda-entrevista-en-la-que-nikola-tesla-revelo-el-contenido-de-su-cerebro/ 

A principios del siglo XX, un periodista llamado Jonh Smith tuvo la oportunidad de entrevistar al famoso inventor Nikola Tesla –creador de la corriente alterna y de un centenar de maravillas entre las que se encuentra la radio– en lo que resultó ser una de las pocas documentaciones del contenido del cerebro de un genio tan místico como mítico. A continuación, las preguntas y las respuestas que aparecieron en el trabajo que Smith publicó en la revista Imortality.