lunes, febrero 11, 2013

Un académico de la calle

PERSONAJE

Un académico de la calle
Publicado 24/05/2009

Marco A. Pérez

Pocas personas en la región han tenido coherencia a lo largo de los últimos años en los temas de violencia, paz y derechos humanos; y más pocos todavía emergidos de los claustros académicos para llegar a la realidad práctica de una sociedad en conflicto como la nuestra, como es el caso del licenciado en ciencias sociales y máster en historia, Orlando Parra.
Conocimientos y experiencias que ha consignado en varios textos de investigación, el último de ellos titulado “Abordando las violencias: para construir las diversas formas de paz, desde el desarrollo humano”, un trabajo de investigación realizado en conjunto con la Universidad Católica Popular de Risaralda, y que reúne además las conclusiones sobre los trabajos de violencia urbana en Pereira en los últimos 20 años. 

¿De dónde nacen esas pasiones, ese interés por estos temas de ciudad y violencia? 
- Es una vena social que tengo desde los 13 ó 14 años, hice parte de la Asociación de pioneros José Antonio Galán, hice parte de la Federación de Estudiantes de Secundaria de Risaralda y luego paulatinamente me he ido metiendo en el tema de la violencia, tanto desde el punto de vista académico como desde el punto de vista de lo cívico. 

¿En su reciente texto de investigación cuáles son los antecedentes, cuál es el diagnóstico, qué es lo que se ve de la ciudad de Pereira
- Abordando las Violencias es la sumatoria de las tres tesis de los títulos en licenciatura y maestrías en historia que he cursado, porque las tres tesis han estado relacionadas con el tema de la violencia. Es la suma con el todo conocimiento que trae la Universidad Católica en el tema del desarrollo humano, el texto es la madre de lo que va a ser el Centro por el Desarrollo Humano y la Paz que recién se ha creado en la Universidad.

El diagnóstico en términos muy sencillos es que la ciudad requiere actuar en dos frentes, un frente de inteligencia policial, que sea capaz de actuar sobre una serie de actores bastante organizados que afectan y cunden en los diversos niveles de violencia y un frente ya mucho más masivo, mucho más extendido a través de los medios de comunicación que sea capaz de impactar la cultura de la violencia y la cultura de la convivencia con la violencia que se ha ido creando no solo en Pereira sino en Colombia y que tiene que trabajarse casi que desde el vientre materno pasando por la juventud y pasando por los adultos hasta llegar a los viejos. Prácticamente hay que permear a toda la sociedad con un discurso que construya paulatinamente una resistencia a la resolución no pacífica de los conflictos y que se entienda que los conflictos humanos son absolutamente normales y que simplemente hay que tratar de resolverlos por las buenas.

¿Ha mejorado la ciudad en ese aspecto en los últimos años?
- No. Pienso que la ciudad no mejora porque desafortunadamente los factores fundamentales de la violencia siguen ahí presentes, yo comparto la posición de la Asamblea Departamental donde ellos dicen que el tema del narcotráfico aviva esta situación permanentemente, el tema del ajuste de cuentas, es permanente, el tema de la resolución de conflictos que se originan en Cali, o en Medellín o en Bogotá, y finalmente son resueltos acá en forma violenta, permean la situación, desafortunadamente no hemos sido capaces de entender, de llegar a un esquema como el que se trabajó en un momento determinado y se llegó en Nueva York, o en otras ciudades del mundo como es el de cero tolerancia frente al tema de la violencia, seguimos siendo supremamente permisivos, seguimos siendo supremamente permisivos con la violencia, y en esa medida los violentos seguirán actuando en la ciudad porque sienten que la ciudad simplemente les permite y convalida sus actuaciones.

¿En ese tema se han rajado las administraciones anteriores, y la actual?
- En ese tema no se han rajado las administraciones, se ha rajado Pereira entera, o sea no es tanto el Estado, nos hemos rajado nosotros como sociedad; la sociedad pereirana no tiene una actitud clara y permanente frente al tema de la violencia y en esa medida las administraciones pueden tener intereses pero finalmente terminan quedándose solas, de todas maneras la ciudad requiere fácilmente desde hace 17 ó 20 años una política permanente de Estado frente al tema de la violencia porque la ciudad lo amerita. La ciudad desde los años 90 no deja de ser una de las 5 ciudades más violentas de Colombia, y es increíble que esta ciudad no se dé cuenta de eso, que  hemos estado casi que en los 5 primeros lugares de violencia de Colombia, uno de los países más violentos del mundo, entonces hay una actitud que solamente se rompe en la medida en que toda nuestra sociedad sea capaz de ponerle freno a esos procesos violentos que definitivamente están por fuera de la pobreza o de la miseria y que están más asociados es al tema del narcotráfico, y el tema de profundas diferencias sociales que se alimentan en la ciudad muchas veces asociadas al tema de riqueza no bien habida.

¿ Con ese análisis hay posibilidad de salir o seguimos metidos en el túnel?
- La última propuesta que  he hecho, desde mi posición de dirigente cívico, es que la ciudad necesita de una asamblea municipal constituyente, que esa constituyente reúna todos los actores sociales, económicos, políticos, culturales y en general a todas las personas en sus diferentes estratos sociales de tal manera que la ciudad sea capaz de mirarse a sí misma y que la ciudad no es solo el tema del Aeropuerto, del centro o una serie de temas coyunturales, sino que la ciudad necesita mirarse a sí misma para de manera conjunta trazarse un plan a 10, 15, 20 años que le permita superar ese tipo de problemas y que nos permita ir saliendo de un estado de postración frente a la violencia que nos ha permeado fácilmente por 20 años.

¿Cómo un académico en estos temas tan coyunturales, como cultura ciudadana, sociología y violencia los convierte en realidades y los aplica a la sociedad?
- Pues a los académicos se les critica el que se quedan en la teoría y pocas veces abordan la práctica, a otros se les critica que muchas veces se quedan en la práctica y pocas veces teorizan al respecto, yo he tenido la ventaja en mi formación de combinar la teoría con la práctica, y la práctica con la teoría y en esa medida hemos logrado liderar procesos sociales y cívicos en la ciudad, donde se combina en gran medida el conocimiento académico alcanzado con las necesidades prácticas que tiene las sociedades de resolver sus problemas, ha sido un camino que estamos transitando y que seguramente en el futuro continuaremos con el mismo.

¿De esas movilizaciones cívicas ciudadanas cuál es la que más recuerda?
- Pienso que lo más grande que se ha hecho en esta ciudad en los últimos años, a nivel de lo cívico, fue Pereiranos por la Paz, porque logró reunir los líderes empresariales, los  medios de comunicación, las iglesias, el Estado, las comunidades y la academia, y se logra construir un esquema de lobby a nivel nacional que en un momento determinado logra, por ejemplo, la instalación de las cámaras en la ciudad, logra la construcción del cuartel enorme de la Policía en la Avenida Sur, logra congelar y en un momento determinado bajar el nivel de homicidios, pero lo que había fundamentalmente era una gran movilización ciudadana, que permitía que el Estado no se quedara solo en esas tareas sino que pudiera tener el acompañamiento de la sociedad civil. Nosotros en Pereira hemos perdido mucho ese talante cívico, pero de todas maneras lo que uno siente es que cuando emergen líderes como monseñor Fabio Suescún, o como buena parte de la dirigencia gremial que hay hoy en día en la ciudad, o el mismo Alcalde con su talante de concertación, ese sentimiento cívico emerge y simplemente se trata es de promoverlo.

¿Para qué sirve la historia estudiada académicamente?
La historia sirve esencialmente para aprender los errores y los aciertos, la ciudad necesita esa historia, la ciudad necesita por ejemplo, entender los aciertos y desaciertos en el manejo de la violencia, en el manejo del espacio público, en las profundas diferencias sociales que tiene la ciudad, para determinar en qué hemos acertado y en qué hemos desacertado.

¿Cómo ve hoy a Pereira desde todo el proceso de desarrollo?
- La ciudad está en un momento de coyuntura muy complejo, la ciudad está dejando de ser un pueblo y se está convirtiendo en una metrópoli, eso nos mete en un reto muy complejo porque como ha sucedido en todas las grandes ciudades del mundo, si nuestra sociedad no sabe dar ese paso, esto terminará siendo una urbe con todos los problemas que tienen las ciudades que pasan de un millón y medio de habitantes, y en esa medida este es el momento de la coyuntura, es el momento de las decisiones, si sabemos actuar como sociedad vamos a enfrentar el futuro con más responsabilidad de todo tipos, pero si no sabemos ponernos de acuerdo para dónde va la ciudad, el futuro nuestro no es el mejor, como no es el mejor futuro de todas las ciudades que no han sabido afrontar el reto.
Formación Académica y experiencia 
Pereirano de nacimiento e hijo de la educación pública, como él mismo lo dice. Licenciado en Ciencias Sociales, especialización en Historia Contemporánea y Desarrollo Regional en al año 2001 y la maestría en Historia de la Pontificia Universidad Javeriana en 2007. Como estudiante de “Historia Universal” vivió la caída del Muro de Berlín en la Europa Oriental, posteriormente vivió en el Uruguay que emergía de las dictaduras militares. Ello, dice, le ha facilitado tener una mente abierta frente a todas las situaciones sociopolíticas y ser amigo personal de líderes de diversos partidos políticos. Fundó la Oficina para la Juventud en la Alcaldía de Pereira en 1993. Ha sido docente universitario durante más de 10 años en diversas ciudades del país. Columnista intermitente de los tres diarios locales desde 1991. Actualmente es asistente de la Rectoría de la Universidad Católica Popular de Risaralda, Ucpr y coordinador del recién formado Centro por el Desarrollo Humano y la Paz, Cedhupaz, de dicha universidad pereirana.