miércoles, diciembre 12, 2012

TEDxBogotá


domingo, diciembre 09, 2012

vidas dedicadas a comprar cosas, la acumulación como filosofía


Demoledor, realista y a la vez esperanzador discurso del veterano profesor estadounidense John Taylor Gatto(1935) pronunciado el 30 de enero de 1990 cuando recibió el galardón de Maestro del Año de Nueva York que le fue otorgado durante tres años consecutivos.

El portal Alta Educación nos envía este texto a El Lector Alternativo Opina para que la sociedad en general, y sobre todo los padres, reflexionen sobre lo que quieren que sus hijos aprendan en la Vida y cómo lo hagan.
John Taylor Gatto es autor de varios libros como “A different kind of teacher“, “Weapons of mass instruction”, “Dumbing us Down”, “The Exhausted School” y “Underground History of American Education” y de un famoso artículo publicado en el Wall Street Journal (“I quit, I think“), y también es un gran defensor del homeschooling.


DISCURSO DE ACEPTACIÓN DE JOHN TAYLOR GATTO para el galardón de Maestro del Año de Nueva York, el 30 de enero de 1990:
Acepto este premio en nombre de todos los buenos profesores que he conocido a lo largo de los años y que han luchado para hacer de sus relaciones con los niños algo digno, hombres y mujeres que nunca están conformes, siempre cuestionando, siempre esforzándose por definir y redefinir lo que la palabra “educación” debería significar.
Un Profesor del Año no es el mejor profesor, éstos suelen pasar demasiado desapercibidos para ser fácilmente descubiertos, pero es un modelo, símbolo de esas gentes anónimas que utilizan sus vidas gratamente al servicio de los niños. Este es su premio tanto como mío.
Vivimos en una época de profunda crisis escolar. Nuestros niños se clasifican a la cola de las diecinueve naciones más industrializadas en lectura, escritura y aritmética. Muy a la
cola.
La economía mundial narcótica está basada sobre nuestro propio consumo de las mercancías, de forma que si no compramos tantos sueños de humo el negocio colapsaría – y las escuelas son un importante centro de compra -.
Nuestra tasa de suicidios de adolescentes es la mayor del mundo y los que se suicidan son niños ricos en su mayor parte, no los pobres. En Manhattan el cincuenta por ciento de los nuevos matrimonios duran menos de cinco años. Algo debe ir mal con seguridad.
La crisis de nuestra escuela es un reflejo de una crisis social más amplia. Parece que hemos perdido nuestra identidad.
Niños y ancianos son encerrados y aislados de fuera de lo que sucede en el mundo hasta un grado sin precedentes – nadie habla con ellos ya – y sin niños y ancianos mezclándose en la vida diaria una comunidad no tiene futuro ni pasado, solo un presente continuo.
De hecho, el nombre “comunidad” apenas se aplica ya a la forma en que interactuamos con los demás.
Vivimos en redes, no en comunidades, y todos los que conozco están solos por eso. En cierto modo la escuela es responsable privilegiado de esta tragedia tal y como lo es también en la creciente brecha entre clases sociales.
Utilizar las escuelas como un mecanismo de selección no hace sino crear un sistema de castas, lleno por abajo de intocables que vagan por los trenes del metro pidiendo y durmiendo en las calles.
He observado un fenómeno fascinante en mis veinticinco años de ejercicio de la profesión: que las escuelas y la escolarización son crecientemente irrelevantes para las grandes empresas del planeta. Nadie cree ya que los científicos son enseñados en clases de ciencias o que los políticos en clases de civismo o que los poetas lo son en clases de inglés.
La verdad es que las escuelas no enseñan nada salvo como obedecer órdenes. Esto es un gran misterio para mi porque miles de personas, gentes responsables trabajan en las escuelas como profesores, cuidadores y gestores pero la lógica abstracta de la institución sobrepasa sus contribuciones individuales.
Aunque los profesores se preocupan y trabajan duro, la institución es psicopática – no tiene conciencia -. Suena la sirena y el joven que se encontraba escribiendo un poema debe cerrar sus cuaderno y moverse a otra aula donde deberá memorizar que el hombre y el mono derivan de un ancestro común.
Nuestro sistema de enseñanza obligatoria es un invento del Estado de Massachussets hacia 1850. Fue resistido – a veces hasta con las armas por un considerable 80% de la población de Massachussets- con un último reducto en Barnstable On Cape Cod que no entregaron a los niños hasta la década de los 1880 cuando la localidad fue asediada por el ejército y los niños marcharon a la escuela escoltados.
Aquí tenemos un curioso dato para meditar. La oficina del Senador Ted Kennedy ha sacado un estudio no hace mucho indicando que antes de la educación obligatoria la tasa de alfabetización en el estado era del 98% y que después jamás volvió a alcanzar el 91%, donde se mantiene en 1991. Espero que les sirva.
Aquí hay otra curiosidad sobre la que pensar. El movimiento de “escuela en casa” ha ido creciendo paulatinamente hasta un tamaño de un millón y medio de jóvenes que son educados por completo por sus padres y sus comunidades.
El último mes la prensa educativa reportó la increíble noticia de que los niños escolarizados en casa parecen estar entre cinco y diez años por delante de sus compañeros escolarizados formalmente en su capacidades cognitivas.
No creo que nos libremos de las escuelas en un futuro cercano, no ciertamente en lo que me queda de vida, pero si hemos de cambiar lo que se está convirtiendo en un desastre de ignorancia, hemos de entender que la institución educativa “escolariza” muy bien, pero no “educa” – algo por completo inherente al diseño organizacional.
No es la culpa de los malos profesores o del poco dinero gastado, es que es imposible que la educación y la escolarización puedan llegar a ser alguna vez la misma cosa.
Las escuelas fueron diseñadas por Horace Mann y Barnard Sears Harper de la Universidad de Chicago y por Thorndyke de la Escuela Normal de Columbia y otros hombres para ser instrumentos de la dirección científica de las masas. Las escuelas están diseñadas para producir, a través de la aplicación de fórmulas, seres humanos estandarizados cuyo comportamiento pueda ser predecible y controlado.
En gran medida, las escuelas han cumplido su objetivo. Pero nuestra sociedad se está desintegrando, y en esta sociedad, sólo las personas exitosas son auto-suficientes, seguras en sí mismas e individualistas – porque la comunidad de vida que protege al dependiente y al débil está muerta -.
Lo que produce la escuela es, como dije, irrelevante. Las personas bien-escolarizadas son irrelevantes.
Pueden vender películas y hojas de afeitar, recoger papel reciclado o hablar al teléfono en líneas de teleoperación, o sentarse estúpidamente delante de un terminal de ordenador pero como seres humanos son inservibles. Completamente inservibles para los demás y para si mismos.
La miseria diaria a nuestro alrededor está causada en gran medida por el hecho de que – tal y como Paul Goodman lo estableció hace treinta años- forzamos a los niños a crecer en el absurdo. Cualquier reforma de la escolaridad tiene que tratar con elementos absurdos en su naturaleza intrínseca.
Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a sentarte en lugares recluidos para gente de la misma edad y clase social que tú. Ese sistema te aparta radicalmente de la inmensa diversidad de la vida y de las sinergias de la variedad, de hecho te castra tu propio ser y futuro, acoplándote a un presente continuo de igual forma a como lo hace la televisión.
Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a escuchar a un extraño leyendo poesía cuando lo que realmente quieres es construir casas, o sentarte a discutir con un extraño sobre la construcción de casas cuando lo que realmente quieres es leer poesía.
Es absurdo y anti-vital moverte de aula en aula al sonido de una sirena durante todos los días de tu infancia natural en una institución que no te permite ninguna privacidad y que incluso te la quita en el santuario de tu propia casa pidiéndote que hagas tus “deberes”.
“¿Cómo aprenderán a leer?” dirán algunos y mi respuesta es “Recuerda la lección de Massachussets” . Cuando los niños reciben experiencias completas en vez de las graduadas en aularios, entonces aprenden a leer, a escribir y cálculo con total facilidad si esas cosas tienen sentido en el ambiente vital que les rodea.
Pero recordad que en los Estados Unidos casi nadie que lea, escriba o sepa cálculo tiene mucho respeto. Somos una tierra de charlatanes, pagamos mejor a los charlatanes y les admiramos, así que nuestros hijos hablan constantemente, siguiendo el modelo de la televisión y de sus profesores.
Es muy difícil enseñar incluso lo más “básico” porque ya no son “básicos” en la sociedad que hemos creado.
Dos instituciones controlan a día de hoy la vida de nuestros hijos: la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia hacia una abstracción sin final y sin frenos.
En los siglos pasados los niños y adolescentes estaban ocupados en trabajo real, caridad real, aventuras reales, y en la búsqueda real de maestros que pudieran enseñarnos lo que realmente queríamos aprender.
Mucho tiempo se pasaba en desempeños comunitarios, practicando el afecto mutuo, el entendimiento y estudiando cada nivel de la comunidad, aprendiendo cómo hacer una casa, y docenas de otras tareas necesarias para convertirse en un hombre o mujer íntegro.
Pero aquí está el cálculo del horario que dispone cualquier niño de los que enseño:
  • De las 168 horas que tiene la semana, tienen que dormir 56
  • Lo que les deja 112 hora a la semana en las que formarse
  • Ven unas 55 horas de televisión a la semana de acuerdo a informes recientes
  • Lo que les deja 57 horas a la semana en las que crecerse
  • Tiene que ir a la escuela unas 30 horas a la semana, usando unas 6 horas en prepararse, ir y volver a casa, y gastan una media de 7 horas a la semana en deberes- en total hacen 45 horas
  • Durante este tiempo, están en constante vigilancia, no tienen tiempo ni espacio privado, y son reñidos si tratan de acoplarse individualmente al uso de espacio y tiempo
  • Eso deja 12 horas a la semana para crearse una conciencia de si individualizada
  • Por supuesto que mis alumnos comen también, y eso añade algo de tiempo – no mucho, porque hemos perdido la tradición de la comida familiar, por lo que si quitamos 3 horas a la semana para cenas
  • llegamos a la cantidad neta de tiempo privado para cada niño de 9 horas a la semana
No es suficiente, ¿verdad?. Cuanto más rica es la familia del niño, menos televisión que ve pero más tiempo que tiene dirigido por una oferta más amplia de entretenimientos comerciales y su inevitable inclusión en una serie de áreas de formación complementaria raramente a su libre elección.
Y todas estas cosas son curiosamente una forma más solapada de crear seres humanos dependientes, incapaces de llenar su tiempo libreincapaces de iniciar senderos que le den un significado sustancioso y feliz a su existencia.
Es una enfermedad nacional, esta dependencia y falta de objetivo, y creo que la escolarización, la televisión y las lecciones – toda la idea Chautauqua- tiene mucho que ver con ello.
Pensad en lo que nos está matando como nación
todas ellas son adicciones de personalidades dependientes, y eso es la marca que deja inevitablemente la escolarización.
Quiero contaros el efecto que produce en los chicos el quitarles todo su tiempo – tiempo que necesitan para desarrollarse – y forzándoles a gastarlo en abstracciones. Tenéis que escuchar esto, porque ninguna reforma que no ataque estas patologías específicas no serán más que un mero lavado de cara.
1. Los niños a los que enseño son indiferentes al mundo adulto. Esto desafía la experiencia de miles de años. Un observación intensiva de lo que “los mayores” hacían siempre fue una de las más excitantes ocupaciones de los jóvenes, pero nadie quiere crecer ahora, ¿y quien les puede culpar de ello? Nosotros somos los juguetes.
2. Los niños a los que enseño ya apenas sienten curiosidad y la poca que muestran es transitoria, no pueden concentrarse durante mucho tiempo, incluso en lo que quieren hacer. ¿Podéis ver la conexión entre las sirenas sonando una y otra vez para cambiar de clase y este fenómeno de atención evanescente?
3. Los niños a los que enseño tienen un pobre sentido del futuro, de como el mañana está indefectiblemente unido al presente. Como dije antes, viven en un presente continuo, el preciso momento en el que se encuentran es el límite de su conciencia.
4. Los niños a los que enseño son ahistóricos, no tienen conciencia de cómo el pasado ha dado forma a su propio presente, limitando sus elecciones, moldeando sus valores y sus vidas.
5. Los niños a los que enseño son crueles entre si, muestran falta de compasión ante los infortunios, ríen las debilidades, y muestran desprecio por aquellos que muestran necesidad de ayuda demasiado abiértamente.
6. Los niños a los que enseño se encuentran intranquilos ante la intimidad y la franqueza. No soportan una verdadera intimidad debido a una costumbre de por vida de guardar los secretos dentro de si mismos por lo que van formando su personalidad a base de trozos y partes de comportamiento prestados de la televisión o adquiridos para manipular a sus profesores. Puesto que no son ellos quienes dicen ser, el disfraz se les cae en la intimidad por lo que las relaciones íntimas deben ser evitadas.
7. Los niños a los que enseño son materialistas, siguiendo la estela de sus maestros que materialistamente “gradúan” todo -y sus tutores televisivos que ofrecen todo lo imaginable “gratis”.
8. Los niños a los que enseño son dependientes, pasivos, y tímidos ante la presencia de nuevos desafíos. Esto es a menudo ocultado mediante actos de bravuconería, mediante enfados y agresividades que en el fondo solo expresan un vacío sin fortaleza interior.
Podría hablar de otras cuantas condiciones que una reforma de la escolarización tendría que afrontar si nuestro declive nacional pretendiera detenerse, pero por el momento ya habéis comprendido mi postura, tanto si estáis de acuerdo con ella como si no.
Puede que sean las escuelas las que causen estas patologías, o la televisión, o ambas. Es una simple cuestión de aritmética, entre escuela y televisión todo el tiempo que los chicos tienen libre es absorbido por ambas. Eso es lo que destruyó la familia americana, que ya no es más un factor en la educación de sus propios hijos. Televisión y escuela, ahí debe buscarse a los responsables.
¿Qué hacer? Necesitamos un feroz debate nacional que no decaiga, día tras día, año tras año. Necesitamos gritar y discutir sobre este modelo de escuela hasta que se arregle o se retire de la circulación para su reparación, una cosa u otra.
Si podemos arreglarlo, de acuerdo; si no podemos, entonces el éxito del movimiento de “escuela en casa” muestra una vía alternativa con futuro prometedor. Poner el dinero que ahora gastamos en escolarización, hacia la educación en la familia podría matar dos pájaros de un tiro, reparar las familias al tiempo que reparamos a los hijos.
Una reforma genuina es posible pero no debería costarnos nada. Necesitamos volver a pensar en las premisas fundamentales de la escolarización y decidir qué es lo que queremos que los niños aprendan y por qué.
Durante 140 años esta nación ha tratado de imponer objetivos de arriba a abajo desde los altivos puestos de mando centrales conformados por “expertos”, una élite central de ingenieros sociales. No ha funcionado. No va a funcionar.
Y es una gran traición a la promesa democrática que hizo en su dia de esta nación un noble experimento.
El intento soviético de crear una república platónica en el Este de Europa ha sucumbido ante nuestra vista, nuestro propio intento de imponer el mismo tipo de ortodoxia centralizada utilizando las escuelas como un instrumento también se está resquebrajando, solo que mas lenta y dolorosamente.
No funciona porque sus premisas fundamentales son mecanicistas, anti-humanas, y hostiles a la vida familiar. Las vidas pueden ser controladas por la maquinaria educativa pero siempre se revolverán con las armas de la patología social: drogas, violencia, auto-destrucción, indiferencia y todos los síntomas que veo en los niños que educo.
Ya es hora de que miremos hacia atrás para recobrar una filosofía educacional que funcione. Una que me gusta especialmente fue la favorita de las clases dirigentes europeas durante miles de años.
Utilizo tanto de ella como me lo permite mi condición de profesor, es decir, tanto como puedo dentro de la institución de la escolarización obligatoria. Creo que funciona tanto para los niños pobres como para los ricos.
En el núcleo de este sistema de educación para las élites está la creencia de que el auto-aprendizaje es la única base del verdadero aprendizaje. En cualquier sitio en este sistema, a cualquier edad, encontrarás acuerdos para colocar al niño solo en un punto no definido y con un problema que resolver.
Algunas veces el problema lleva implícito grandes riesgos, como el problema de cabalgar un caballo o hacerlo saltar, pero eso, claro, es un problema satisfactoriamente resuelto por miles de niños de la élite antes de cumplir diez años.
¿Podemos imaginar a alguien que haya superado tal desafío que alguna vez le faltara confianza en su habilidad para hacer algo?. A veces el problema es un problema de superar la soledad, como hizo Thoreau en Wald en Pond o Einstein en Suiza.
Uno de mis antiguos alumnos, Roland Legiardi-Lura, aunque huérfano de sus dos padres y sin herencia, cogió una bicicleta y atravesó solo los Estados Unidos cuando apenas había superado la niñez.
No nos puede extrañar entonces que ya siendo un adulto, decidiera hacer una película sobre Nicaragua, aunque no tuviera dinero ni experiencia previa en la realización de películas, y que ganara un premio internacional, aunque su trabajo regular fuera el de carpintero.
Ahora estamos hablando todo el rato de que nuestros jóvenes necesitan desarrollar auto-conocimiento. Ya basta de tanta charlatanería.
Tenemos que crear experiencias escolares que devuelvan a los niños su tiempo, necesitamos confiarles desde una edad temprana con independencia de estudios, quizás programado desde el colegio pero que tenga lugar fuera de la institución educativa.
Necesitamos crear un curriculum donde cada niño tenga la oportunidad de desarrollar su individualidad y su auto-confianza.
Hace poco cogi setenta dólares y envié a una niña de doce años de mi clase con su madre – que no hablaba inglés – en un autobús hacia la costa de New Jersey para encontrarnos con el jefe de policía del distrito de Sea Bright para comer y disculparnos por contaminar la playa con un casco de Gatorade.
A cambio de esta disculpa pública habíamos quedado en que el jefe de policía le enseñaría el trabajo de un policía de barrio durante un dia cualquiera.
Unos días después, dos más de mis alumnos de doce años viajaron solos a la Calle West First desde Harlem donde empezaron el aprendizaje con un editor de periódicos, la siguiente semana tres de mis alumnos se encontraban en mitad de los muelles decarga de Jersey a las seis de la mañana, estudiando la mente del presidente de una compañía de transporte por carretera que despachaba trailers hacia Dallas, Chicago y Los Ángeles.
¿Pertenecen estos chicos “especiales” a algún programa” especial”?. Bueno, en cierto modo si, pero nadie sabe sobre este programa salvo los chicos y yo.
Solo son buenos chavales de Harlem, brillantes y alertas, pero tan mal escolarizados cuando me los encontré que la mayoría de ellos no sabían sumar o restar cantidades. Ni uno de ellos sabía la población de Nueva York o cuan lejos está Nueva York de California.
¿Eso me preocupaba? Por supuesto, pero tenía confianza en que según iban ganando confianza en si mismos también se convertirían en sus propios maestros, y solo la auto-enseñanza tiene un valor a largo plazo.
Tenemos que devolver a los niños tiempo libre desde ya mismo porque esa es la clave para el auto-aprendizaje, y debemos re-introducirles en el mundo real tan rápido como sea posible para que el tiempo libre pueda ser gastado en algo más que abstracciones.
Es una emergencia, requiere una drástica acción de corrección -nuestros niños están cayendo como moscas dentro de la institución escolar, ya sea buena o mala, no importa. Es irrelevante.
¿Qué más necesita un sistema escolar re-estructurado?
Necesita que deje de ser un parásito del trabajo de la comunidad en la que se inserta. De todas las páginas escritas en la contabilidad de la historia, solo existe una entrada donde se recluya a nuestros jóvenes y no les pidamos nada de ellos al servicio del bien común.
Llego incluso a creer que necesitamos hacer de los servicios a la comunidad una parte importante de la enseñanza escolar.
Además de la experiencia enriquecedora que supone trabajar de forma no egoísta, es la forma más rápida de dotar a los jóvenes de responsabilidades reales en la vida corriente.
Durante cinco años manejé un programa escolar “autónomo” donde cada niño, pobre y rico, listo y no tan listo, tenía que dar 320 horas de trabajos o servicios a la comunidad.
Decenas de estos niños volvieron años después, ya crecidos, y me contaron que la experiencia de ayudar a alguien les había cambiado sus vidas.
Les había enseñado a ver desde otra perspectiva, a repensar metas y valores. Ocurrió cuando tenían trece años, durante el programa de practicas de Laboratorio, y solo fue posible porque el distrito escolar rico de al lado estaba en reestructuración.
Cuando volvió la “estabilidad” , el laboratorio común cerró. Fue una experiencia muy satisfactoria con un grupo de jóvenes bastante heterogéneos, a un coste demasiado bajo, como para permitir que continuara.. .
Estudio independiente, servicios a la comunidad, aventuras y experiencia, largos periodos de privacidad y soledad, un millar de diferentes formas de aprendizaje, una por día o más tiempo – estas son medidas potentes, baratas, y efectivas de empezar una reforma real de la escolarización.
Pero ninguna reforma a gran escala va a funcionar de forma que permita recuperar a nuestros jóvenes ya dañados ni a nuestra sociedad enferma hasta que impongamos abiertamente la idea de que la escuela debe incluir a la familia como motor principal de la educación.
Si utilizamos la escolarización para separar a los hijos de los padres – y no nos engañemos, esa fue la principal función de las escuelas desde que John Cotton lo anunciará como el propósito de las escuelas de Bay Colony en 1650 y Horace Mann lo enunciara como el propósito de las escuelas de Massachussets en 1850 – vamos a continuar con el espectáculo de horror que tenemos ahora.
El “Curriculum de la Familia ” está en el corazón de cualquier buena vida. Nos hemos alejado de ese curriculum; es hora de volver a ello.
La forma de devolver la salud a la educación es que nuestras escuelas se liberen del dominio absoluto de las instituciones sobre la vida familiar, es promocionar durante el tiempo de escolarización confluencias de padres e hijos que fortalezcan los lazos familiares. Ese fue mi fin último cuando envié a la chica y su madre al distrito de la costa de Jersey para encontrarse con el jefe de policía.
Tengo muchas ideas para formular un curriculum familiar y estoy seguro que muchos de ustedes también las tienen.
Nuestro mayor problema en conseguir que una vez popularizada esta forma de pensar pueda el sistema educativo ser reformado ya que tenemos unos intereses creados que se apropian de antemano de estas ideas para continuar con la escuela como está, a pesar de la utilización de una retórica aparentemente contraria.
Tenemos que exigir que nuevas voces y nuevas ideas sean escuchadas, mis ideas y las vuestras. Ya hemos tenido un amplio repertorio de voces muy autorizadas y con eco en medios escritos y televisión; una década de debate para todos es lo que se necesita ahora, no más opiniones de “expertos”.
Los expertos en educación nunca han tenido razón, sus “soluciones” son costosas, auto-complacientes, y siempre requieren mayor centralización. Ya hemos visto los resultados.
Es hora de volver a la democracia, al individualismo a la individualidad y a la familia.
Ya dije lo que quería decir. Gracias.

Smooth Lounge on SKY.FM

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viernes, diciembre 07, 2012

¿Cómo organizar una campaña? Ecologista...u otra



Autores: 
Taller Ecologista 
info@taller.org.ar 
www.taller.org.ar 


¿Cómo organizar una campaña?
Propuestas destinadas a  facilitar la realización de  una campaña en la escuela y/o el
barrio.
¿Qué caracteriza a una campaña?
• Está orientada a un objetivo claro
• Es pública (se pretende que la gente acompañe la campaña)
• Acordamos un objetivo de campaña, cuidando no perderlo de vista
• Somos “sencillos” en nuestros esfuerzos de campaña, actuamos orientándonos
hacia un propósito único o principal
¿Cómo planificamos una campaña?
Pasos a seguir:
• Realizar un Diagnóstico
Ejemplo: En la basura hay gran cantidad de botellas y otros envases descartables,
que son potencialmente reciclables. Muchos recolectores informales las juntan y las
venden a pequeñas empresas que las reciclan. Pero si se las tira a la calle, taponan
bocas de tormenta o zanjas y contribuyen a la falta de higiene callejera. Si se las
quema, se producen sustancias altamente contaminantes, las que son liberadas a la
atmósfera. Si las tiramos junto con el resto de la basura y se las lleva el camión
recolector, son irrecuperables.
• Establecer un Objetivo General de Campaña
Ejemplo: Lograr que las botellas descartables que utilizamos y desechamos no
sean mezcladas con el resto de la basura, y organizar su recolección para su
posterior reciclado.
• Establecer Objetivos Particulares  
Ejemplo: Sensibilizar a las personas con las que nos relacionamos sobre las
consecuencias de consumir y desechar como lo hacemos, lograr que desechen
sus botellas  en los sitios especialmente dispuestos para ello, pero insistiendo al
mismo tiempo en la necesidad de disminuir el uso de descartables,  usando,
siempre que sea posible, envases retornables.
• Identificar los Actores Relacionados a nuestra campaña
o Potenciales aliados (quienes pueden trabajar con nosotros a favor de la
campaña). Ejemplo: Asociación Cooperadora de la Escuela, vecinos,
entidades barriales, comerciantes del barrio, familiares, etc.).
o Potenciales adversarios (quienes podrían estar en contra de la
campaña). Ejemplo: comerciantes que no quieran implementar el uso de
botellas retornables en lugar de las descartables
o Actores responsables (cuya función es aportar para que la campaña
tenga éxito). Ejemplo: Economía Solidaria debe proveer los bolsones y
retirarlos cuando estén completos
• Crear un lema de la campaña
Ejemplo: “Menos descartables, mejor vida”
• Establecer Estrategias de Comunicación (realizar encuestas, volantes, afiches,
pintadas, muestras culturales, etc.)
• Duración y planificación (establecer actividades a desarrollar y los plazos de la
campaña: hasta cuando durará, en qué etapas progresivas de trabajo se dividirá,
etc.)
Cinco preguntas que pueden ayudar:
• ¿Cuál es la situación actual? (ayuda a analizar y definir el diagnóstico)
• ¿Qué queremos cambiar? (ayuda a definir objetivos)
• ¿Quién puede realizar el cambio? (análisis de fuerzas y actores)
• ¿Qué hará que ellos cambien? (estrategias de comunicación)
• ¿Cómo lo haremos? (actividades de la campaña)
¿Cómo imaginamos la situación de la escuela o el barrio en el futuro, reflejando los
resultados de la campaña?
Formularnos esta pregunta puede ayudar a establecer el objetivo, plazos y acciones a
seguir en el curso de la campaña.
Objetivos
Debemos establecer objetivos claros y realizables.
Ideas de trabajo dentro y fuera del aula
• Trabajar el tema de los residuos a través del aporte de las diferentes áreas
curriculares. Por ejemplo:
o en Lengua puede hacerse una recopilación de autores que han escrito
sobre la problemática de la basura, motivar a los alumnos para que
escriban poemas, cuentos, etc. sobre el tema.
o en Matemáticas se pueden realizar cálculos sobre la cantidad de residuos
que se generan en la escuela, en el barrio, en la ciudad, por mes y por año
o en Cs. Naturales y Cs. Sociales, investigar sobre los impactos generados
por la producción de desechos y por las distintas formas de disposición
final (basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios, incineración, etc.)
o en Música se puede recopilar canciones que hablen de la basura, poner
música a textos de los mismos alumnos u otros autores.

o en Plástica se puede trabajar el tema de los residuos ya sea como tema de
inspiración o como elementos para trabajar en sí (ver en cuadro aparte
El arte de los desechos”)
o en Tecnología se puede realizar elementos utilitarios con objetos que
iban a ser desechados. Pensar: ¿con qué finalidad práctica puedo usar
algo que estaba por tirar? También se puede proponer la consideración
de que las opciones, en materia tecnológica, no son neutras. Una botella
descartable es un producto tecnológico al igual que una reutilizable ¿Qué
hace que una sea preferible a la otra?
o En Formación Etica y Ciudadana se pueden plantear cuestiones
relacionadas con los estilos de consumo y la visible inequidad social que
éstos contribuyen a generar, con las responsabilidades del sector
productor, etc.
• Dentro de las estrategias de comunicación pueden implementarse algunas de las
producciones que se logran en el aula. Por ejemplo armar una muestra colectiva
sobre la basura, con el fin de concientizar a padres y vecinos. En la escuela se
expondrían murales, cuadros, esculturas, poemas y música producidos por los
alumnos en relación a este tema, invitando a toda la comunidad educativa a
participar de la presentación. (Ver en cuadro aparte “El arte de los 
desechos”).

Completo en http://tallerecologista.org.ar/menu/archivos/ComoHacerCampanias.pdf

domingo, diciembre 02, 2012

procrastinación


SOCIEDAD

Cómo exprimir al máximo las 24 horas del día

Identificar a los «ladrones» que roban tiempo y energía es el primer paso para aprovechar cada minuto. Félix Torán advierte: «Se suelen ocultar en el reino de lo no importante»

Día 30/10/2012 - 11.58h
No es ciencia, ni pseudociencia. Lo que desgrana Félix Torán en su «guía de gestión del tiempo para tener una vida plena» es conocimiento y mucha experiencia directa, entremezclada con una parte irracional «igualmente importante y que solemos olvidar» como el potencial del subconsciente. Autor de libros sobre crecimiento personal como «Mente cuántica» o «Autodiseño personal» , aborda en «El tiempo en tus manos» cómo evitar que los minutos, las horas y los días se cuelen entre los dedos sin dejar poso alguno.
Cómo exprimir al máximo las 24 horas del día
Félix Torán
A este doctor en Ingeniería Electrónica de la Agencia Espacial Europea le da tiempo de llevar una intensa actividad profesional, dedicar atención a su familia y a sus amigos, practicar cinco horas de ejercicio físico a la semana y al menos ocho de meditación, además de escribir. «Ya me he acostumbrado a que alguien levante la mano al final de mis charlas y me pregunte cómo hago para hacer tantas cosas si el día tiene 24 horas. Siempre decía, en tono de humor, que lo contaría en algún libro. ¡Y acostumbro a cumplir mis promesas!», explica a ABC.es.
No le sobraba tiempo, ni anhelaba disponer de más cuando emprendió la tarea. «Solamente hay tiempo. Todos tenemos veinticuatro horas al día de tiempo de reloj (lo que me gusta llamar "falso tiempo"). Ese es tiempo mental, solo existe si se piensa. Pero lo que de verdad existe es el momento presente, el ahora, el verdadero tiempo. Si sabemos combinar la utilidad del falso tiempo con la felicidad que reside en el verdadero tiempo, podemos llegar a ser felices y muy productivos, todo al mismo tiempo, y nunca nos preguntaremos si nos falta o nos sobra tiempo. De hecho, la pregunta dejará de tener sentido», sostiene.

Lo importante de lo no-importante

La clave para gestionar el tiempo está en saber separar lo importante de lo no-importante, explica Torán, que admite que «eso cuesta horrores, a menos que dispongamos de una clara misión, visión y valores». Así intenta hacerlo al programar su propia agenda. «Me aseguro de dedicar el mayor tiempo a las cosas importantes (tanto si son urgentes como si no). Y también la mayor energía».
Es la teoría de Stephen Covey: para meter piedras, agua y arena en un pozal sin que se salga nada, solo hay un orden posible: primero las piedras, luego la arena (que rellena huecos) y finalmente el agua (que se filtra). «En la agenda (como en el pozal) debemos comenzar rellenando siempre esas piedras, que son las tareas importantes y urgentes, asuntos decisivos, que no pueden retrasarse. No nos van a dar el éxito en un día, pero son decisivas para lograrlo en el futuro. Después, la arena, que son las tareas importantes, pero no urgentes, las que nos llevan pasito a pasito hacia la meta a largo plazo.. Lo poco que queda de tiempo es para el agua (las tareas no importantes)», expone.

«Ladrones del tiempo»

Para cumplir ese guión hay que sortear a los «ladrones del tiempo», como bautiza Torán a cualquier situación, persona, cosa, o tarea, «que nos roba el momento presente (nos distrae) o bien nos frena o aleja de nuestros objetivos o entra en conflicto con ellos». Cada persona tiene los suyos, aunque algunos son muy comunes. ¿Cómo reconocerlos? «Los ladrones del tiempo se suelen ocultar en el reino de lo no importante», subraya el autor que añade: «No solo se trata de aprovechar mejor el tiempo, también debemos desaprovecharlo menos».
«Una reunión innecesaria, mal conducida o mal enfocada puede significar pérdidas de tiempo, dinero y energía enormes en viajes, en horas de trabajo... ¡Que se lo digan a los altos directivos de grandes empresas! Hoy existen incluso aplicaciones para smartphones que les dicen en cada instante de la reunión cuánto dinero han perdido hasta el momento...». Las reuniones mal gestionadas son un ejemplo, pero también internet y las redes sociales pueden convertirse en ladrones del tiempo a juicio de Torán. «A partir de cierto límite, el tiempo que roban es mayor de lo que nos gustaría admitir».
Otra banda de «cacos» la integran las pequeñas tareas, que ocupan poco tiempo, pero que roban mucha energía que debería emplearse en las realmente importantes. «Para gestionar bien el tiempo, hay que gestionar bien la energía». Para ello, resulta útil identificar las franjas del día en que cada persona se siente con mayor o menor entusiasmo. «No es matemático, pero suele repetirse con razonable frecuencia. Por ejemplo, hay personas que por la mañana rinden al máximo, y andan dormidos después de comer la mayor parte de días. A otras les pasa diferente... Lo importante es identificar nuestro perfil de energía, y hacer todo lo posible para poner las tareas más importantes de la agenda en los momentos de máxima energía. Así tiempo y energía van de la mano», destaca. Gestionar bien el tiempo implica además reservar una parte para el descanso, «tan importante como el trabajo».
Éstas son algunas de las claves para aprovechar mejor el tiempo:
-Hay que concentrarse en lo importante. Salir del mundo de la urgencia y mudarnos hacia el mundo de la importancia.
-Dejar de intentar (en su lugar, actuar). Dejar de decir "no tengo tiempo". Cumplir con los plazos. Ser puntuales. Visualizar nuestros planes con antelación obra maravillas. Luego hay imprevistos, pero esa preparación mental marca la diferencia.
-Ser proactivos (hacer algo para que las cosas pasen, no esperar a que lleguen de forma milagrosa).
-Aplicar el siguiente "cóctel": cuatro partes de disciplina y una de improvisación. ¡Todo no se puede anticipar y programar en la vida! Pero cuanto más preparados nos encuentre el imprevisto, mucho mejor.
-Convertirnos en finalizadores de tareas importantes. Lo que empezamos es importante, y además, lo terminamos.
-Hacer todo lo posible para utilizar el enorme poder que reside en nuestra mente. La concentración mental, la capacidad de dirigir la atención hacia una sola cosa y no dejarse llevar por las distracciones, ahorra tiempo y energía. «Es como un gimnasio. Requiere regularidad y esfuerzo, pero tras un tiempo, logramos periodos largos de concentración. Eso se extiende al día a día, y somos capaces de mantener la mente en lo que hacemos en cada momento, y no dejarnos llevar por distracciones», afirma el autor.
-Eliminar dependencias innecesarias en nuestras tareas más importantes. Si estas siempre dependen de terceras personas, el tiempo no estará en nuestras manos, sino en las de terceros.
-Aprender a mantener una imagen mental de la agenda a largoplazo es el reto de matrícula de honor en la gestión del tiempo. «No es fácil, pero obra maravillas», asegura Torán.
Estas recomendaciones son válidas para cualquier edad, siempre que se tenga clara la misión que se persigue en la vida y los valores, que cambian de enfoque con los años. «No existen recetas universales aplicables por igual a todos porque cada persona es un mundo», pero sí «herramientas que cada persona puede adaptar a su vida» como las que ofrece Torán «y dan resultados».

La sabiduría que reside en los refranes